28-11-2016
Hoy en día tras la muerte de un familiar o conocido no solo empieza un trámite burocrático para las herencias, también nos enfrentamos a toda la información que esa persona ha dejado en la red.
De promedio un persona suele tener unas 10 cuentas en deferentes páginas web y servicios online, por lo que conocerlas todas es difícil dado que las contraseñas y los usuarios solo suelen ser conocidas por la persona fallecida.
Por suerte hoy en día ya existen los testamentos digitales, servicios ofrecidos por grandes compañías para que puedas decidir una vez fallecido a quien decides entregarle esa información para que se haga cargo de todas tus cuentas, uno de los ejemplos es Google, que permite decidir que tras un tiempo que tu determines de inactividad puede o borrar los datos o enviar un email de acceso a la persona que hayas elegido para que acceda a tu cuenta y sea el beneficiario de ella para todos los servicio como Google+, Drive, Gmail, YouTube...
Muchas veces el rastro digital es tan grande que no conocemos todas las cuentas de usuario que la persona creó en múltiples páginas, para ello se pueden utilizar servicios que rastrean la web y nos indican en que páginas tenia cuentas activas la persona fallecida y nos ayuda a borrarlas con un solo clic, como por ejemplo Deseat.me, una vez que nos salen todas las cuentas podemos elegir cuales queremos conservar y cuales queremos borrar y la página ya se encarga del proceso de borrado de los datos.
En caso de que existan páginas que se nieguen a borrar los datos de un fallecido también tenemos la opción de recurrir a la Ley de Protección de datos, la cual establece el derecho al olvido siendo este método el más tedioso, que debe hacerse ya por vía judicial presentando que páginas web son las que continúan con los datos, teniendo en cuenta todas las trabas burocráticas.