02-07-2015
La provincia de Sevilla alberga la mayor
Necrópolis romana de la Península y también la que se encuentra en mejor estado de conservación. Se trata de la necrópolis de Carmona, cuyos
restos funerarios fueron descubiertos a finales del siglo XIX.
Los expertos la fechan el conjunto arqueológico entre el siglo I a. C. y el II d. C. y en ésa época el método de
enterramiento más común de este
cementerio era la
incineración, aunque también se observan
inhumaciones que se sitúan en los últimos años del asentamiento.
La necrópolis está formada por un “Ustrium”, que era el
crematorio, el anfiteatro y la
tumba de Postumio, con hermosos frescos que se conservan en la actualidad. También consta de un Museo en el que pueden apreciarse algunas de las piezas encontradas en las excavaciones.
Uno de los enclaves más destacados de este conjunto arqueológico es la Tumba del Elefante. Se trata una
tumba- santuario en la que se encontró una estatua de un paquidermo que le dio nombre al mismo.
Entre otras cosas, posee un pasillo central desde el cual se accedía a la
cámara funeraria, la cocina, el almacén, comedor y cámaras laterales, todo excavado en la roca. En este santuario recibían culto la diosa Cibeles y el dios Attis, representantes de la vida, la muerte y la resurrección.
Otra de las construcciones catalogadas es un
Mausoleo Circular, el único que conserva la cubierta de la cámara. Aunque desde fuera aparenta ser un gran espacio circular el tamaño del sepulcro no es excesivamente grande.
El frontal del mismo, -donde los nichos son mayores-, se reservaba para los fundadores de la familia mientras que los nichos laterales los ocupaban por orden de importancia los descendientes de los mismos.
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