16-07-2015
El personal de las funerarias y los
médicos forenses, que preparan los cuerpos para ser enterrados, pueden estar en mayor riesgo de sufrir la enfermedad neurodegenerativa esclerosis lateral amiotrófica (ELA) por culpa del formaldehído utilizado en el líquido para
embalsamar, según sugiere una investigación publicada en la revista Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry.
La ELA es una enfermedad progresiva que causa debilidad muscular, parálisis y, finalmente,
insuficiencia respiratoria y muerte. No hay cura para esta patología, que se cree que afecta a 450.000 personas en todo el mundo. Se ha debatido sobre algunos factores ambientales que posiblemente incrementan el riesgo de desarrollar ELA, incluyendo el formaldehído.
Por ello, los investigadores analizaron los vínculos entre la muerte por ELA y la exposición ocupacional al formaldehído, utilizando el Estudio Longitudinal Nacional de Mortalidad de Estados Unidos, en el que participan casi 1,5 millones de adultos
Cuando tenían 25 años o más se pidió a los participantes que informaran sobre su trabajo actual o más reciente y se estimó su
exposición al formaldehído en el trabajo utilizando criterios desarrollados por higienistas industriales del Instituto Nacional del Cáncer. Se calcularon la intensidad (frecuencia y nivel) y la probabilidad de la exposición al formaldehído para cada sector de trabajo e industria.
Los hombres en puestos de trabajo con una alta posibilidad de exposición a esta sustancia presentaban alrededor de tres veces más probabilidades de morir de ELA que los que no habían estado expuestos en absoluto a este producto químico. Pero las mujeres con una alta probabilidad de exposición no tenían un mayor riesgo de ELA, posiblemente debido a que hay muy pocas trabajaban que están en contacto con el químico.
En España, menor riesgo
En España, desde finales de los años 90 existe menor riesgo de contraer esta enfermedad por exposición al formaldehido desde el descubrimiento de un producto alternativo al formol o formaldehído, como fue en su día el
Complucad.
Un equipo de cinco investigadores dirigidos por Juan Jiménez Collado, -catedrático de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense-, desarrolló en el año 1.996 esta sustancia que conserva y
embalsama los cadáveres y que podía sustituir al formol sin algunos inconvenientes del mismo, como los efectos nocivos durante su manipulación y la rigidez que provoca en articulaciones y tejidos orgánicos.
Y es que son muchas las personas que, por sus condiciones laborales, han estado en contacto con esta sustancia, sobre todo los tanatólogos, médicos forenses, personal de funeraria y personal hospitalario. Hablamos de una exposición a
agentes químicos cuyo desconocimiento de las propiedades intrínsecas y de su exposición derivada, dificultan en gran medida la prevención de los efectos sobre la salud.
En concreto, el formaldehído, es uno de los productos más utilizados en servicios hospitalarios, concretamente en
Anatomía Patológica, y son pocos los trabajadores que conocen que existen varias guías específicas que regulan los niveles de exposición admitidos, así como la normativa vigente.
De hecho, estaba previsto que a partir del 1 de Abril de 2015 se aplicara la nueva legislación sobre el formol, en la que se cataloga como agente cancerígeno y mutágeno, por este motivo se deberá minimizar todo lo posible la exposición a este agente. Dicha legislación finalmente entrará en vigor el 1 de Enero de 2016.
El 6 de junio de 2014, el Diario Oficial de la Unión Europea publica el REGLAMENTO (UE) Nº 605/2014. Este nuevo reglamento implica un cambio en la clasificación del formol como oficialmente cancerígeno.
En nuestro pais la asociación
Plataforma Afectados de ELA desarrolla un palpel muy importante para su erradicación, cuyo objetivo es apoyar la investigación para conseguir la curación de la
Esclerosis Lateral Amiotrófica.
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